martes, 9 de junio de 2009

Toalleros


Toalleros de acero
Esos toalleros son los más fáciles de mantener y de limpiar. El único problema que se puede presentar con este material es que queden algunas manchas producidas por el agua.
Un tema que, por supuesto, es de muy fácil solución: siempre hay que lavarlos con una esponja y jabón neutro y luego secarlos con un paño sin pelusa. En la actualidad, existen en el mercado variedad de diseños formas y tamaños.
Por lo general se tiene a simplificar la forma para que aumenten las posibilidades funcionales de estos accesorios de baño y ocupen menor espacio.
De modo que así se logra –cada vez con mayor frecuencia- facilitar la tarea de limpieza y mantenimiento.

Toalleros de madera
Si existe un material delicado para limpiar, ese es, sin duda alguna, la madera. La calidad de esta textura –tan noble como cálida- ofrece en el uso cotidiano pequeños problemas de mantenimiento cuya solución esta al alcance de la mano. En primer lugar los toalleros deben realizarse en madera tratada previamente de modo que resulte apta para resistir el agua y la humedad.
Luego se podrá pensar en conservarlos limpios. Deben lavarse con cierto cuidado, no resulta conveniente utilizar productos abrasivos que puedan dañar la madera.
Tampoco conviene tenerlos demasiado húmedos.
¿Cuál es el truco entonces? Limpiarlos muy a menudo con un trapo humedecido, muy bien escurrido, con agua jabonosa. Después, se enjuaga con otro trapo mojado en agua y escurrido y finalmente se seca bien, esta vez con paño seco.

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